lunes, 20 de agosto de 2007

Mancuso ahora desenfunda verdades

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“Seguimos estando lejos de la paz, porque no existe el clima político de unidad nacional que favorezca la reconciliación”.

El ex jefe paramilitar de origen italiano Salvatore Mancuso conmocionó al Estado colombiano con sus declaraciones en desarrollo de su versión libre ante la Unidad Nacional de Justicia y Paz de la Fiscalía General de la Nación.

En su primera edición la revista PAZIÓN se entrevistó con Salvatore Mancuso sobre el alcance de sus reveladoras declaraciones. Este es el diálogo:

PAZIÓN:
¿Considera usted que la desmovilización de las Autodefensas ha servido a la pacificación del país? 

SALVATORE MANCUSO: Históricamente, las Autodefensas no han sido la causa del conflicto armado sino una de sus consecuencias. De la ausencia y debilidad del Estado surgen primero las guerrillas y después las Autodefensas. El Estado dejó crecer el problema de las guerrillas y pretendió combatirlas creando una política de Estado paramilitar, utilizando como punta de lanza a las Fuerzas Militares y la creación de escuadrones paramilitares. Finalmente el orden público terminó saliendo de las manos del Estado y los civiles abandonados a nuestra desgracia por el Estado; y violentados por las guerrillas debimos apelar a la resistencia de los civiles armados, mientras el Estado no asumía su responsabilidad de brindar seguridad a las comunidades. La pacificación del país sigue estando en manos principalmente del Estado y las guerrillas, y por supuesto las Autodefensas desmovilizadas reintegradas a la vida civil hacemos todos los esfuerzos políticos para crear el clima de acuerdo nacional donde Estado, guerrillas, sociedad y nosotros podamos finalmente encontrar fórmulas de paz y reconciliación.

Todo lo valioso tiene un precio, pero el Gobierno debe sincerarse y pensar qué es lo que realmente quiere en materia de proceso de paz con Autodefensas (parapolítica incluida) y en materia de procesos de paz con Farc y Eln (política de seguridad democrática incluida). El presidente Uribe bien debe saber que el verdadero secreto del líder político no es tanto el de mantener cohesionadas a sus propias fuerzas, sino el de ejercer una influencia decisiva en las fuerzas de oposición. Hasta ahora lo que ha logrado Uribe en cuestiones de oposición es lo contrario, es darle las razones y el espacio para boicotear cualquier iniciativa suya y toda la prensa para que descalifique desde el arranque cualquier propuesta que nazca del Gobierno.

P: ¿Cuál es su opinión acerca de lo que ha dado en llamarse la ‘parapolítica’?


SM: La ‘parapolítica’ es un modismo típico colombiano que se entiende como hija directa del conflicto armado. Es el producto de la deserción de los políticos de sus responsabilidades con las zonas afectadas. Mi caso personal es una muestra fehaciente del desamparo en que nos vimos sumergidos millones de colombianos, porque cuando las guerrillas asolaban nuestras propiedades y amenazaban nuestras vidas y nuestras libertades y las de las poblaciones, los políticos se dedicaban a lucrarse de los contratos y los dineros del erario público, dándole la espalda a las angustias del pueblo que eran nuestras mismas angustias.

Antes de ingresar a las Autodefensas agoté todos los medios de denuncia, incluso ante el ministro de Defensa del Gobierno Samper, Fernando Botero, buscando protección para nuestro trabajo y nuestras familias. Todo fue inútil. O me dejaba asesinar o me exiliaba, y si quería permanecer en mi tierra cordobesa debía armarme y pasar a la ilegalidad. Por eso, la ‘parapolítica’ nació apenas el tema de la seguridad comenzó a estar mínimamente resuelto por la presencia de las Autodefensas. Las mismas comunidades que primero nos pidieron solamente seguridad, comenzaron a pedirnos por su salud, por sus vías, por su educación. Así que no quisimos eludir nuestra responsabilidad social y comenzamos a tomar contacto con los políticos, no para que resolvieran los problemas de las Autodefensas, sino para que comenzaran a dar respuesta a los problemas de la gente si querían hacer política en los territorios controlados por nosotros. 

La ‘parapolítica’ ha querido venderse a la opinión como un proyecto político delincuencial, cuando en realidad fue la respuesta indignada de un enorme número de colombianos a la ausencia de Estado. 

La ‘parapolítica’ vista desde la autodefensa nunca pretendió ser la solución de los problemas de Colombia, sus objetivos fueron más modestos: darle principio de solución a los problemas más acuciantes de las comunidades que nosotros defendíamos de las guerrillas y tocar a las puertas de las clases políticas para que nos facilitaran desmontar las Autodefensas mediante una negociación política. Téngase en cuenta que lo que hoy se llama la ´parapolítica´ recibió un gran impulso del contacto de las Autodefensas en 1998, en el nudo del Paramillo, con personajes tan ilustres como “Lucho” Garzón y Augusto Ramírez Ocampo, entre otros, con quienes se firmó un acuerdo que todos los interesados en la paz de Colombia debieran leer hoy y sacar sus propias conclusiones, casi una década después.

P: ¿Qué juicio le merecen las iniciativas de excarcelación para políticos, empresarios y guerrilleros?

SM: Ni la desmovilización de las Autodefensas, ni la que podría estar acercándose del Eln, bastarían por sí solas para abrir caminos de concordia y entendimiento entre todos los colombianos. Una propuesta de esta magnitud debe estar acompañada de un verdadero acuerdo de paz incluyente, es decir, con todos los actores y con el reconocimiento de cara al país y al mundo de lo que nos ha tocado vivir y no queremos repetir, por supuesto sin impunidad, pero buscando puntos intermedios que permitan la verdadera reconciliación nacional.

P: ¿Cómo se sentiría usted si el Eln deja las armas y se van sus comandantes para sus casas? ¿Y si los políticos envueltos en la ‘parapolítica’ antes de fin de año están en libertad? ¿Y si los guerrilleros presos de las Farc también salen libres de la cárcel?

SM: Si esa hipótesis se verificara, sentiría que el camino abierto por las Autodefensas con nuestro proceso de paz estaría produciendo sus primeros grandes efectos en el resto de la sociedad y en los mismos actores del conflicto. Si esas libertades son consecuencia de que ellos hayan dicho la verdad y de haber reparado a las víctimas, me diría que se estaría abriendo un gran camino hacia la reconciliación y la paz. Obviamente, esperaría para las Autodefensas el mismo tratamiento, el país no entendería que existieran diferencias, ni privilegios entre quienes fueron actores del conflicto armado, y que hubiese condenados de primera, segunda o tercera categoría. 

P: ¿Qué salida jurídica recomendaría a quienes están acusados de ‘parapolítica’ y no se han desmovilizado por la Ley 975?

SM: La mejor salida jurídica es la que concilia la verdad de los hechos con las posibilidades que abre el régimen legal. No quisiera de ninguna manera violentar en lo más mínimo la conciencia de cada quien en cada caso, y esto me inhibe de hacer recomendaciones generales. 

P: ¿Está arrepentido de haberse desmovilizado? ¿Volvería al monte si el conflicto armado no se acaba?

SM: Hay quienes han querido ver en mi versión libre y en mis respuestas a los periodistas una justificación de la lucha armada. No he querido ni quiero justificar nada al respecto, no he hecho apología del delito. Si ese fuera mi propósito lo haría combatiendo desde el monte y no habría jalonado la más grande desmovilización producida jamás en Colombia, ni en el mundo, por parte de un grupo armado irregular no vencido, sino por el contrario victorioso y en la cúspide del poder militar, político y logístico. Me he esforzado y me seguiré esforzando en explicar las motivaciones y el contexto dentro de los cuales participé del conflicto, así como insistiré en la pedagogía que creo necesaria realizar para que el conflicto no se perpetúe, sino que se acabe cuanto antes.

Mi lugar presente y futuro es permanecer firme junto al pueblo colombiano, luchando desde la civilidad por aquellas conquistas postergadas que nos tienen sumidos en la guerra y la miseria. Ocupar mi lugar en la vida política y darle un sentido social y colectivo junto a miles de desmovilizados de las Autodefensas y comunidades afectadas por la guerra, constituye mi norte en estos tiempos que siguen siendo de dificultades enormes para todos los colombianos, pero que de ninguna manera me invitan a regresar armado al monte, sino lo contrario, a llevar por toda Colombia el mensaje fraternal de la paz y la reconciliación, pues sigue estando presente la falta de Estado y política pública seria, eficiente y justa en muchas regiones del país. 

P: ¿Mancuso, “creerle o no creerle”, sobre las verdades que pide a gritos el país y puntualizan sobre si lo manifestado en la versión libre es verdad o no? 

SM: Es cierto que entre las condiciones consagradas en la Ley de Justicia y Paz para hacernos merecedores de los beneficios contemplados en la misma norma, se encuentra como eje central decir toda la verdad, compromiso que hice cuando el Gobierno así lo exigió, lo ratifiqué cuando inicié la versión libre y que hoy reitero en esta entrevista, que tengo claros los compromisos legales, morales y sociales adquiridos. Estoy declarando bajo unas directrices jurídicas que ha impuesto el Estado, con una metodología acordada en cuanto a narrar los hechos históricos de la manera más ordenada posible, cronológicamente y cuando no se pueda, por temas o acciones y en segundo lugar, es necesario resaltar que estoy confesando, todo lo relacionado con una guerra que no iniciamos las Autodefensas y que para que puedan entenderse el conflicto es necesario narrar con la mayor precisión posible, para que esta historia no se vuelva a repetir. 

Devolví bienes, entregué zonas insertadas a la economía productiva nacional, incluso muchas donde antes existían cultivos ilícitos ya sin ellos, erradicamos manualmente cultivos ilícitos, convencí a los otros Comandantes para que se desmovilizaran, estoy contando la verdad histórica sobre las Autodefensas y asumiendo mis compromisos y responsabilidades. Entonces, ¿cuál otro compromiso real quieren que efectúe para que crean que estamos frente a un verdadero proceso de paz y reconciliación? Sería bueno hacer memoria de los procesos de paz vividos en Colombia y mirar si alguna vez hubo personas judicializadas, presas, si se pagó un peso por reparaciones o si se condicionó la paz a la verdad. Este es el primer proceso de paz que es acorde con los estándares internacionales de justicia: estamos presos, judicializados, contando la verdad de la historia vivida y reparando.

Contar 20 años de guerra con todos los componentes que la integran, no se puede hacer en pocas sesiones, y hasta ahora lo único que he hecho es cumplir con mis obligaciones legales y sociales, decir la verdad. Contarle al país que en el pasado se tuvieron reuniones con personas que hoy ocupan cargos públicos no es desviar la atención como han dicho algunos medios de comunicación, indistintamente que sea el Vicepresidente o un Ministro del Gobierno o un empresario nacional o una multinacional, le informé al señor Fiscal General que sostuve o fui testigo o me contaron de una gran cantidad de reuniones que se celebraron entre los Comandantes de las Autodefensas y esas personas, y lo hice porque esa es la verdad histórica, la misma que me exigen que cuente, no pueden ahora pretender desconocer que las Autodefensas llegamos a ser ante la ausencia de Estado el mismo Estado, que hacíamos de jueces, policías, administradores, se cobraban aportes para el sostenimiento, etc., hubo épocas en las que prácticamente nada se hacía sin nuestro consentimiento, por eso con nosotros se reunía toda clase de personas, desde el más humilde campesino hasta el más rico hacendado, desde el analfabeta hasta el gran político, situación que, reitero, no puede ahora desconocerse y mucho menos afirmar que contar esa parte de la historia de las Autodefensas es desviar la atención. 

La verdad puede ser dolorosa pero es necesaria, hoy más que nunca, develarla absolutamente para generar iconos de no repetición y hacer un alto en el camino para la construcción de nuevos caminos para la República. 

P: Pero las víctimas lo acusan de muchas acciones que usted no ha confesado…

SM: Una persona me preguntó por un desaparecido en el año 1990 cuando ni siquiera pertenecía a las Autodefensas, cómo podría darle una respuesta; o la señora que me manda un papelito preguntándome sobre un desaparecido en el Magdalena Medio o el Vichada, tampoco le puedo contestar porque esa zona no era mi jurisdicción; o la señora que no volvió a saber nada de su hijo, pero que un abogado inescrupuloso le recomendó que presentara un denuncio contra Salvatore Mancuso que si no aparecía el hijo desaparecido desde 1989, de todas formas le daban una platica. Luego sale en las noticias que yo no he atendido, ni les he dado respuesta a las víctimas, lo que es falso.

El gran problema que se ha presentado con las víctimas es que, en un principio, ni siquiera el Director del Fondo de Reparación sabía cómo identificar a las víctimas de la guerrilla, Autodefensas y del mismo Estado, ni cuáles las áreas de responsabilidad de cada Comandante, por eso los invito a que se le informe con precisión a las víctimas, con la claridad que esas personas necesitan. Cómo funcionaron realmente las estructuras de mando y qué áreas de responsabilidades tuvieron, para que las víctimas efectivamente encuentren, en primer lugar, respuestas a sus inquietudes y, posteriormente, obtengan la reparación a la que los jueces determinen tienen derecho. 

Además, tal como he dicho en mi versión de las que hoy considero víctimas como lo hemos sido nosotros de la guerra interna de nuestro país, mi respeto y mis disculpas si en ocasiones mi lenguaje ofende, porque no puedo contar una historia diferente a la realmente vivida, ni disfrazar con lenguaje brillante las motivaciones que, en medio de la guerra, generaron dolor y muerte en uno u otro bando.