lunes, 23 de diciembre de 2002

Resolución 185 del 23 de diciembre de 2002 - Por la cual se integra una Comisión Exploratoria de Paz



El Presidente de la República, en ejercicio de las atribuciones conferidas por la Ley Nº 782 de 2002. Por medio de la cual se prorroga la vigencia de la Ley 418 de 1997, prorrogada y modificada por la Ley 548 de 1999, y se modifican algunas de sus disposiciones:

CONSIDERANDO

Que el artículo 22 de la Constitución Política establece que la paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento.

Que el artículo 8 de la Ley 418 de 1997, modificado por el artículo 3 de la Ley Nº 782 de 2002 establece que los representantes autorizados expresamente por el Gobierno Nacional, podrán realizar actos tendientes a propiciar acercamientos y adelantar diálogos con los grupos armados organizados al margen de la ley.

Que los siguientes grupos armados organizados al margen de la ley, han declarado públicamente un cese de hostilidades y su voluntad de realizar acercamientos con el gobierno para buscar opciones para la paz y la reconciliación nacional: Autodefensas Unidas de Colombia AUC; Autodefensas Campesinas Bloque Central Bolívar BCB y Vencedores de Arauca; y el Grupo de Autodefensas Alianza del Oriente, conformado por las autodefensas del sur del Casanare, Meta y Vichada.

Que es necesario integrar una Comisión Exploratoria de Paz, para propiciar acercamientos y establecer contactos con los citados grupos de autodefensas y buscar opciones para la paz y la reconciliación nacionales.

RESUELVE:

ARTÍCULO 1º. Integrar una Comisión Exploratoria de Paz para propiciar acercamientos y establecer contactos con los Grupos de Autodefensas Unidas de Colombia AUC; con las Autodefensas Campesinas Bloque Central Bolívar BCB y Vencedores de Arauca; y el Grupo de Autodefensas Alianza del Oriente, conformado por las autodefensas del sur del Casanare, Meta y Vichada.

ARTÍCULO 2º. Designar como representantes del Gobierno Nacional en la Comisión Exploratoria de Paz a los doctores Eduardo León Espinosa Faciolince, Ricardo Avellaneda Cortés, Carlos Franco Echavarría, Jorge Ignacio Castaño Giraldo, Gilberto Alzate Ronga y Juan B. Pérez Rubiano.

ARTÍCULO 3º. La Comisión Exploratoria adelantará sus labores con la más estricta confidencialidad. De los desarrollos y avances del proceso informará al país, exclusivamente el Alto Comisionado para la Paz-

ARTÍCULO 4º. La presente Resolución rige a partir de la fecha de su expedición.

COMUNÍQUESE Y CÚMPLASE

Dado en Bogotá DC a los
23 DIC 2002


EL MINISTRO DE JUSTICIA Y DEL DERECHO ENCARGADO DE LAS FUNCIONES DEL DESPACHO DEL MINISTRO DEL INTERIOR
FERNANDO LONDOÑO HOYOS
EL MINISTRO DE JUSTICIA Y DEL DERECHO
FERNANDO LONDOÑO HOYOS
LA MINISTRA DE DEFENSA NACIONAL
MARTA LUCÍA RAMÍREZ

viernes, 29 de noviembre de 2002

Declaración por la Paz de Colombia



Señores:
Doctor
ÁLVARO URIBE VÉLEZ
Presidente de la República de Colombia

Cardenal
PEDRO RUBIANO SÁENZ
Presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana

Doctor
LUIS CARLOS RESTREPO
Alto Comisionado de Paz

Las Autodefensas Unidas de Colombia no podemos permanecer ajenas al reiterado llamado al diálogo y a la reconciliación que el Gobierno nacional, por múltiples medios, nos ha hecho. Nos ha pedido, como muestra de nuestra voluntad de paz, que hagamos un cese de hostilidades y que facilitemos los caminos para que el Estado colombiano se haga cargo de brindar protección y seguridad a todos los ciudadanos de las diferentes poblaciones y comunidades liberadas por nosotros del flagelo subversivo, y donde nos ha correspondido, hasta el presente, ejercer como autoridades de facto por la ausencia protectora de las fuerzas institucionales.

Es dentro de este espíritu patriótico y civilista, y como una explícita demostración de nuestra voluntad permanente por alcanzar la paz del País, que las Autodefensas Unidas de Colombia hemos tomado la decisión histórica de declarar un cese unilateral de hostilidades, con alcance nacional, sin que esto signifique la renuncia a nuestros principios ni a nuestros ideales.

Manifestamos, asimismo, la imperiosa necesidad de que el Gobierno nacional provea, a las poblaciones que han sido liberadas por las Autodefensas de la agresión e intimidación subversiva -y que a partir de esta declaración empezaremos a entregar al Estado-, de todas las seguridades en cuanto a la defensa de las comunidades, sus vidas, sus libertades y sus propiedades. Nadie comprendería ni perdonaría que en aras de abrir caminos a la construcción de la Paz, se abrieran grandes espacios por los cuales pudieran filtrarse los enemigos de la convivencia pacífica, guerrilleros y terroristas, que insisten en declararse hostiles a todo entendimiento democrático y civilizado.

Sobre lo que declara el politólogo Fernando Giraldo a la AFP y que consigna El Heraldo, de Barranquilla, en su edición del 26 de noviembre acerca de que las posibilidades de éxito son todas pero con la mitad de las Autodefensas, las que controlan Castaño y Mancuso, debemos manifestar nuestro desacuerdo frente a tales afirmaciones. Ante un hecho tan trascendental como el que estamos afrontando es natural que se presenten discrepancias en nuestra Organización, no sustantivas pero sí de procedimiento y operativas, teniendo en cuenta que, por una parte, el carácter confederado de las Autodefensas colombianas permite a cada una de sus fuerzas integrantes el ejercicio de su plena autonomía y libertad de decisión y movimientos y que, por otra parte, le estamos apostando a un proceso de construcción de Paz en un momento en el que no ha cesado el accionar nefasto de la subversión armada.

Frente a lo que han manifestado en estos días algunos articulistas y politólogos, como es el caso de Fernando Giraldo, respecto del fraccionamiento de nuestra Organización que nos impediría llegar en forma unificada a la conclusión de un proceso de negociación con el Gobierno, consideramos necesario establecer una serie de precisiones que aclaren lo que para algunos aparece como un panorama oscuro e incierto.

La presente Declaración por la Paz de Colombia fue consensuada por el grueso de la Organización, lo que se evidencia en los nombres de los respectivos comandantes que figuran al pie de este documento. En cuanto a aquellos cuyas firmas no aparecen, queremos dejar sentado que también ellos comparten el espíritu de paz que anima esta declaración lo cual asegura su participación activa en este proceso, desde un punto de partida diferenciado pero con un propósito firme e indubitable de convergencia. Así nos lo han hecho saber y así estamos convencidos de que será finalmente. En cuanto a estos últimos, los casos son distintos y ameritan la respectiva aclaración:

El Bloque Central Bolívar, que agrupa en sus filas a los Bloques Putumayo, Vencedores de Arauca y Libertadores del Sur, ha venido adelantando, en forma paralela con el nuestro, su propio proceso de acercamiento al Gobierno nacional y también se propone declarar un cese de hostilidades en los primeros días de diciembre. Destacamos nuestra solidaridad con sus comandantes Julián Bolívar, Ernesto Báez y Javier Montañés y sabemos de su voluntad de confluir, apenas ello sea posible, en el tronco común de una misma negociación de Paz.

Hacemos un llamado fraternal a las Autodefensas del Casanare, en cabeza de su comandante Martín Llanos, para que se sumen cuanto antes al voto de confianza que las Autodefensas Unidas de Colombia hemos depositado en el Gobierno nacional y en su voluntad de construir caminos de paz, sin debilitar por ello a las comunidades que gozan hoy de nuestra protección y seguridad. Comprendemos sus dudas y prevenciones, y valoramos enormemente el esfuerzo que están haciendo para integrarse al mismo proceso al que nosotros estamos dando inicio.
Un caso bien especial lo constituye el Bloque Metro de las ACCU, cuyo comandante Rodrigo es un hombre totalmente comprometido con los más puros ideales de las Autodefensas. También él, en uso de su legítimo derecho y de su autonomía, ha preferido no sumarse a este proceso desde sus inicios, en espera de que se den las condiciones que él considera adecuadas para entrar a formar parte de la negociación.

A continuación damos a conocer al Gobierno nacional y a la Opinión pública nacional e internacional algunos puntos de interés que forman parte de esta Declaración de Paz:

Las Autodefensas Unidas de Colombia declaramos, a partir del 1 de diciembre de 2002, un cese total de hostilidades -no una tregua navideña- confiando en la reciprocidad del Estado hacia nuestras tropas, demás integrantes y simpatizantes.

Manifestamos nuestra disposición para que los diálogos entre las Autodefensas y el Gobierno nacional se inicien de inmediato y tengan el acompañamiento y la veeduría de la Iglesia Católica, cuyo liderazgo espiritual en el orden nacional e internacional la convierte en un testigo de excepcional validez. También resulta de sumo interés invocar adicionalmente la participación decisiva de la Organización de Estados Americanos, de la Organizaci?n de Naciones Unidas, de las expresiones de fe religiosa que confluyen en el Movimiento Nacional e Internacional de Iglesias Cristianas y, en general, de los Gobiernos y demás integrantes de la Comunidad Internacional, para mostrar a Colombia y al mundo el cumplimiento de nuestro compromiso inequívoco por alcanzar la Paz.

Consideramos conveniente que el Gobierno reafirme, en todos los ámbitos a su alcance, la condición del Movimiento Nacional de Autodefensas como actor del conflicto armado y político colombiano.

Si durante este cese de hostilidades, en algún momento la guerrilla vulnera los territorios en los que hasta la fecha hemos mantenido el control y nuestra acción armada haremos uso del derecho de legítima defensa.

Un especial énfasis está puesto por las Autodefensas Unidas de Colombia en propiciar, a través de múltiples foros y debates, representativos e interdisciplinarios, la participación creativa y permanente de la sociedad civil en el estudio y expresión públicos de los caminos de Reconciliación y de construcción de Paz, y de vínculos nuevos entre Comunidades y Estado, en los distintos niveles y en las diferentes regiones. Invitamos muy especialmente a la Academia colombiana y a la internacional a sumarse a estas iniciativas.

Ha llegado el momento en el cual el Estado colombiano demuestre su capacidad y voluntad políticas para asumir de inmediato, sin dilaciones burocráticas y contando con nuestra participación cívica y democrática, la defensa y protección de las poblaciones y de los territorios, de la infraestructura productiva y de la inversión nacional y extranjera, que hemos defendido durante tantos años las Autodefensas Unidas de Colombia.

La viabilidad en el tiempo de este cese de hostilidades hace necesario e inevitable que, a lo largo del proceso de negociaciones, el Gobierno disponga de los mecanismos financieros pertinentes que garanticen el sostenimiento económico de nuestras tropas en todo el territorio nacional. Mientras se desarrollen las negociaciones las Autodefensas no renunciaremos a nuestro derecho de recibir donaciones, más necesarias que nunca a partir de este momento.

Queremos invitar al doctor Manuel Manrique Castro, representante de UNICEF para Colombia, a participar activamente de este acontecimiento de grandes repercusiones recibiendo, en lo inmediato, a los combatientes menores de edad que, habiendo sido liberados de su pertenencia a las fuerzas guerrilleras por las Autodefensas, todavía permanecen en nuestras filas. De aquí en adelante, aspiramos a proseguir con UNICEF en el gran esfuerzo compartido de mejorar la calidad de vida de los niños y las niñas de Colombia.

En este cese de hostilidades, y siempre que el Gobierno haya restablecido la institucionalidad en las regiones donde hemos reemplazado al Estado y actuado las Autodefensas como autoridades de facto, queremos contribuir con el retorno de las poblaciones que debieron desplazarse a raíz del conflicto armado, para lo cual invocamos la participación de ACNUR, cuyo conocimiento sobre la materia resulta imprescindible.

La sustitución de cultivos ilícitos, dentro de un proceso de renovación económica regional, que conduzca al desarrollo sostenible, necesariamente debe contar con el apoyo y acompañamiento de la comunidad internacional y de los organismos multilaterales de crédito, tanto en la fase de producción como en las de financiación y comercialización.

Para favorecer el desarrollo de los diálogos con el Gobierno nacional, solicitamos la suspensión de las acciones legales contra los miembros negociadores de las Autodefensas, con total respeto por la ley vigente o a promulgarse. Somos conscientes de nuestros actos, los que son considerados por algunos como hechos delincuenciales e, incluso, por otros como actos terroristas, así como son muchos también los que reconocen que las nuestras han sido acciones realizadas como suplencia del Estado ausente frente a sus obligaciones, en una lucha que siempre ha tenido como horizonte una Patria mejor, y siempre también a favor de una Colombia en orden y en paz. Analizados de manera objetiva y con la necesaria perspectiva histórica no caben dudas de que todos nuestros actos han sido acciones de tipo político.

No podemos olvidar, y mucho menos en esta ocasión, a los integrantes de las Autodefensas Unidas de Colombia que permanecen encarcelados a disposición de la Justicia colombiana, por su militancia antisubversiva en las filas de las Autodefensas. Un elemental sentido de solidaridad con nuestros hermanos de Causa nos impulsa a solicitar, en consonancia con la figura del Acuerdo Humanitario, se consideren los medios pertinentes para proceder a la excarcelación de los mismos, siendo que el logro de su libertad estará siempre dentro de nuestros propósitos irrenunciables.

El camino que se abre ante nuestra mirada es un camino largo y vasto, y lo sabemos lleno de asechanzas y dificultades. Sin embargo, la Paz y la Reconciliación de los colombianos nos exigen, en conciencia, a las Autodefensas Unidas de Colombia este paso trascendental que estamos dando como demostración inequívoca acerca de que las Autodefensas sí queremos ser parte de la solución del conflicto armado y político que nos agobia. Esperamos que tamaña confianza sea correspondida por la voluntad y el honor del Gobierno nacional, en aras de construir entre todos los colombianos el País en el que quepamos todos.

¡Que Dios nos ilumine a los colombianos y a los buenos amigos de la Paz que Colombia se ha ganado en el mundo!

¡Por una Colombia digna, justa y en paz!

DIRECCIÓN POLÍTICA Y MILITAR - AUC
Comandante Carlos Castaño
Comandante Salvatore Mancuso
Comandante José Vicente Castaño
Comandante Ramón Isaza

AUTODEFENSAS CAMPESINAS DE CÓRDOBA Y URABÁ - ACCU
Comandantes
Bloque Norte: Salvatore Mancuso
Jorge Cuarenta
Diego Vecino
Camilo
Bloque Élmer Cárdenas: Alfredo Alemán
Hermógenes Maza
Bloque Calima: Hernando Hernández
Andrés
Bloque Mineros: Ramiro Vanoy
Luis Ocampo
Bloque Bananero: Pedro Ponte
Bloque Pacífico: Adolfo Paz
Bloque Tolima: Daniel Roa
Martín Emilio
Bloque Centauros del Llano: Pirata
Jaime
Bloque Nutibara: Orión
Bloque Suroeste Antioqueño: René
Bloque Occidente Antioqueño: Memín
Bloque Guaviare: Miguel Paisano
Carlos Mario

AUTODEFENSAS CAMPESINAS DEL MAGDALENA MEDIO ANTIOQUEÑO -ACMMA
Comandante Ramón Isaza
Comandante Maguiver

AUTODEFENSAS CAMPESINAS DE PUERTO BOYACÁ - ACMM
Comandante Víctor Triana Botalón
Comandante César

AUTODEFENSAS CAMPESINAS DE CUNDINAMARCA
Comandante Luis Eduardo Cifuentes Águila
Comandante Esteban Triana

AUTODEFENSAS CAMPESINAS DEL SUR DEL CESAR - ACSUC

Comandante Francisco Tabares

martes, 8 de octubre de 2002

AUC: Interlocutores del Conflicto Colombiano



Por Carlos Castaño, Iván Roberto Duque, Salvatore Mancuso, Vicente Castaño
Dirección Política y Militar AUC

La solicitud de extradición de los comandantes Mancuso y Castaño apoyada en acusaciones de narcotráfico es una sindicación totalmente errada y ausente de fundamentos válidos, pues nunca hemos sido, ni somos, ni podremos jamás ser considerados como narcotraficantes. Inevitablemente y contra nuestra voluntad, el dinero del narcotráfico ha penetrado algunos sectores de las Autodefensas, como lo ha hecho con la misma economía nacional y algunas Instituciones del Estado, y este dinero, en algunos casos, se ha utilizado como fuente de finanzas en la lucha contra la narcoguerrilla, pero este desafortunado acontecimiento, de ninguna manera y en ningún caso, puede poner en duda ni mucho menos deslegitimar la naturaleza política del Movimiento Nacional de Autodefensas. Las AUC son absolutamente legítimas, y nuestra situación personal, que será aclarada oportunamente ante la instancia pertinente, para dejar a salvo nuestro nombre y honestidad, no puede invalidar la permanencia de la AUC como actor antisubversivo del conflicto colombiano en un País como el nuestro donde continúa la amenaza terrorista de unas guerrillas cuyas finanzas provienen prioritariamente del narcotráfico.

En este sentido un sometimiento a la justicia norteamericana es una opción (como lo ha considerado el comandante Castaño), cuando haya condiciones que permitan responder exclusivamente por los cargos que establece una solicitud de extradición, en ese sentido esperamos que lo político de esta confusa situación permita ver lo jurídico, y proceder acorde a las circunstancias.

Las AUC están hoy unidas en su mayoría a nivel nacional, y firmes en su lucha contra la guerrilla, con mayor razón cuando a ella la comunidad internacional le sigue tolerando su actitud inocultablemente terrorista y narcotraficante. Las Autodefensas no abandonarán su lucha antisubversiva, y cada cual seguirá cumpliendo su misión desde su respetiva posición. Nosotros somos, entre otros, miembros fundadores de las AUC; nosotros responderemos por ellas hasta el último día ante Colombia y ante el mundo, y no ha sido nuestra costumbre defeccionar ante el primer obstáculo; nuestro compromiso es con Colombia, con ella hasta el fin de la guerra.

Pero sí hemos pensado mucho en lo que pudo originar el pedido de extradición que pesa sobre los comandantes Castaño y Mancuso, son muchas las hipótesis que hemos leído y escuchado, casi todas diferentes, lo que corrobora que nunca se sabe qué ocultan los Estados Unidos a través de lo que hacen, y menos nosotros, a quienes nos metieron en el ojo de un huracán del que no sabemos de dónde viene ni para dónde va.

Para nosotros hay una sola razón lógica que explicaría la infamia; las FARC quieren comprometer a los Gobiernos de Colombia y EE.UU. intentando negociarnos a nosotros, a cambio de quién sabe qué compromiso de las FARC. ¿A qué obedece el silencio de los Estados Unidos y de la Unión Europea frente a las FARC en las últimas semanas? ¿Por qué la proliferación de discretas declaraciones y publicaciones sesgadas que dejan entrever una alianza (del comandante Castaño) con los EE.UU. mientras el Departamento de Justicia solicita su extradición?; ¿no es paradójico que la crítica situación militar que padecen hoy las dos guerrillas que enfrentamos, sea capitalizada políticamente en contra nuestra, y lo hagan desde la legalidad pretendiendo excluirnos de la salida negociada?. Si bien son ciertos los contundentes golpes que les ha propinado el Ejército y la Policía, es innegable la inevitable derrota territorial que padecen las FARC en las regiones donde las expulsamos y les arrebatamos su influencia militar y política, y donde las AUC cada día crecemos más velozmente extendiendo nuestra influencia hasta el sur del País. Las FARC saben que muy pronto estarán en las mismas condiciones precarias del ELN. Que no lo dude ningún colombiano. Del ELN, no es necesario opinar largo; una salida negociada para impedir su exterminio innecesario es lo adecuado.

El señor Leyva Durán continúa hablando con los Estados Unidos; es allí donde se está originando la cosa infame. Las FARC saben que tienen que quitarnos del camino como sea y lo hacen políticamente intentando oscuros acuerdos dentro del nuevo orden mundial. Sin nosotros en pie prometen las FARC que comenzarán a negociar; y esto de negociar las FARC no es malo, es lo que se quiere, si es serio y se parte de un cese de hostilidades.

Lo inadmisible es la forma como quieren tumbar a las Autodefensas, cuando en este momento, siguiendo con nuestra ofensiva militar, podríamos precipitar una sensata determinación de las FARC en este sentido y acelerar el fin del conflicto.

Ahora bien; nos deben decir si es que ahora se considera nuestra labor ya cumplida, ó es causa de intranquilidad para la dirigencia del Estado el control territorial que cada día adquieren las AUC, y aunque no fue con misioneros rezando y con limosnas ofrecidas bondadosamente que derrotamos en diferentes regiones a unas FARC terroristas y enriquecidas con el narcotráfico y somos hoy su amenaza nacional, aún así, somos legítimos y absolutamente respetuosos del Estado.

Al desalojar de estas zonas a la guerrilla, permanecemos aún en ellas porque el Estado no llega con su presencia administrativa; y si ahora está en condiciones de hacerlo, reemplazando nuestra labor en cuanto a seguridad y trabajo social; aceptamos el ofrecimiento que ha hecho el Gobierno para negociar con todos los actores del conflicto, y expresamos nuestra voluntad de considerar, conjuntamente con el gobierno, la posibilidad de un cese de hostilidades en el marco de un proceso de negociación política que pueda facilitar la apertura de una Paz duradera para el País, y que nos permita ser parte de la solución de la problemática nacional, como ya lo hemos dicho.

Sinceramente,
CARLOS CASTAÑO
IVÁN ROBERTO DUQUE
VICENTE CASTAÑO
SALVATORE MANCUSO
Dirección Política y Militar Autodefensas Unidas de Colombia, AUC

ALFREDO BERRÍO ALEMÁN – Bloque Elmer Cárdenas

DIEGO VECINO – Bloque Norte

HERNÁN HERNÁNDEZ – Bloque Calima

ADOLFO PAZ - Bloque Libertadores del Sur

FRANCISCO GARCÍA PAISANO – Bloque Centauros del Llano

RAMIRO VANOY CUCO – Bloque Mineros

PEDRO PONTE – Bloque Bananero

JORGE 40 – Bloque Norte

RAMÓN MOJANA – Bloque Norte

RENÉ POSADA – Bloque Suroeste Antioqueño

ALFREDO MEMÍN v Bloque Occidente Antioqueño

HERMÓGENES MAZA – Bloque Élmer Cárdenas

MARIO – Bloque Baudó
Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, ACCU

RAMÓN ISAZA
MAGUIVER
ROQUE
Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio Antioqueño, ACMMA

JAVIER MONTAÑÉZ
JULIÁN BOLÍVAR
ERNESTO BÁEZ
Bloque Central Bolívar

FRANCISCO TABARES
ALEJANDRO
Autodefensas Campesinas del Sur del Cesar, ACSC

DANIEL ROA
MARTÍN EMILIO
Autodefensas del Tolima y el Quindío

VÍCTOR TRIANA BOTALÓN
CÉSAR
LUCHO
Autodefensas del Magdalena Medio, ACMM

EDUARDO CIFUENTES ÁGUILA
Autodefensas de Cundinamarca

RAFAEL MESA
Autodefensas del Putumayo

RUBÉN RAMOS
Autodefensas del Arauca

8 de octubre de 2002

viernes, 27 de septiembre de 2002

Carta Abierta



Señor
LUIS CARLOS RESTREPO
Alto Comisionado de Paz

Monseñor
PEDRO RUBIANO SÁENZ
Presidente Conferencia Episcopal

Señora
ANNE PATTERSON
Embajadora de los Estados Unidos

Señor
KOFI ANNAN
Secretario General de la ONU

Señor
GEORGE COMNINOS
Jefe de Delegación CICR

Respetada señora y señores dignatarios:

Ante la decisión del poder Judicial de los EE.UU. de solicitar en extradición al comandante Carlos Castaño y a mi persona, la respuesta de cada uno de nosotros ha de ser tomada, en conciencia, y por separado, de acuerdo a irrenunciables consideraciones que, como tales, pertenecen a la esfera de la propia intimidad.

Puede que ambos coincidamos, o puede que ambos respondamos de manera diferente frente a una acusación que sentimos como totalmente errada, en la seguridad manifestada, reiterada y públicamente, tanto por el comandante Castaño como por mi persona, acerca de que ni por asomo hemos sido ni somos ni podremos ser nunca considerados como narcotraficantes.

Soy respetuoso de la Justicia de Colombia y de los EE.UU., y la comunidad nacional e internacional puede estar segura de que siempre estará abierta, de mi parte, la posibilidad de responder por los canales legales pertinentes cualquier tipo de requerimiento que en esos ámbitos se me hagan, en tiempo y lugar que considere oportunos y convenientes teniendo en cuenta todos los factores que están en juego y que giran alrededor de mi actuación pública, siendo como soy integrante de la Dirección política y militar de uno de los actores prominentes del conflicto armado colombiano. En tal ocasión dejaré a salvo mi buen nombre y honor, mancillados por acusaciones que no acepto y a las cuales no les asigno la menor correspondencia con los hechos.

En las actuales circunstancias de la lucha antisubversiva y antiterrorista en las que estamos comprometidas las Autodefensas colombianas, y ante el hecho incontrastable de que el flagelo del narcotráfico mundial, alimentando el azote de la subversión armada y terrorista de las FARC, ha puesto a Colombia en los umbrales de una catástrofe humanitaria, no puedo, en conciencia, sustraerme al imperativo moral de continuar coliderando en mi Patria la actividad política y militar, que hago desde mi posición en la DIPOM de las AUC, empeñados como estamos en continuar propinando duros golpes al enemigo para disuadirlo de su guerra alocada y anacrónica, y comprometidos como también estamos en el interior del Movimiento Nacional de Autodefensas detrás del logro estratégico de reunificar, a la mayor brevedad y dentro de parámetros mínimos de cohesión y respeto mutuo a todas las fuerzas antisubversivas y de autodefensa legítimas, para generar un frente de acción común en pos de alcanzar, más adelante, la también anhelada unidad orgánica.

Continuaré ejerciendo mi liderazgo político-militar al frente de las ACCU y desde mi posición en las AUC, con un respeto absoluto por el pensamiento rector de mi amigo entrañable y comandante Carlos Castaño, el cual es el líder natural e irreemplazable del Movimiento Nacional de Autodefensas, en su carácter de fundador, estratega y conductor histórico.

Mientras las FARC no demuestren fehacientemente su real y verificable voluntad de Paz, y mientras el Estado colombiano no reduzca al mínimo sus enormes e indisimulables déficit en materia de garantizar la seguridad democrática de todos los habitantes, las Autodefensas colombianas seremos necesarias, en las condiciones del irregular conflicto armado, al constituir nuestra presencia activa y militante un elemento coadyuvante a la preservación del Estado social de Derecho, a la conservación de la integridad territorial de la Nación y a la continuidad de la misma gobernabilidad de la institucionalidad democrática colombiana.

La hora de Colombia es lo suficientemente aciaga y peligrosa y me obliga a aportar lo mío desde el suelo colombiano en pos de que la voz y las propuestas en materia de seguridad, y las de contenido social, económico y político emanadas desde el seno del Movimiento Nacional de Autodefensas se procesen y lleguen prontamente a los oídos del Gobierno nacional y de la Comunidad internacional, en el marco de un diálogo y negociación para el cual estamos ya suficientemente maduros, teniendo como propósito construir la Paz en nuestro País. Es dentro de este espíritu de Reconciliación nacional, que estamos trabajando aceleradamente en la arquitectura final de la Reunificación definitiva de las Autodefensas colombianas, a la par que pulimos los últimos detalles de nuestra propuesta unificada de cese al fuego y cumplimiento estricto del DIH.

Que nadie, entonces, se empeñe en adelantar campañas de terrorismo informativo, difundiendo temores sin fundamento en la opinión pública nacional e internacional: por el lado de las Autodefensas colombianas no existe ningún peligro de repetición de las escabrosas manifestaciones del terrorismo de los extraditables ni ninguna posibilidad siquiera de un desmadre de nuestras fuerzas ante el hecho lamentable y errado de los EE.UU. solicitando en extradición al comandante Carlos Castaño y mi persona.

Así como hemos sido eficaces y valientes en los escenarios múltiples del campo de batalla, en el marco de una guerra irregular, enfrentando la subversión armada y el terrorismo de las narcoguerrillas, el Movimiento Nacional de Autodefensas sabrá demostrar, a partir de ahora, de cara a Colombia y al mundo, qué tan preparados estamos para comenzar a avanzar en el camino que nos llevará a la Paz y a la reconciliación entre los colombianos.


Sinceramente,
SALVATORE MANCUSO
Comandante ACCU

Integrante de la Dirección Política y Militar – AUC