viernes, 4 de junio de 2004

Carta de las AUC al foro internacional de minas antipersona, actores armados no estatales y acuerdos humanitarios

Señora
ELIZABETH REUSSE DECREY
Presidenta del Llamamiento de Ginebra

Señor
ÁLVARO JIMÉNEZ MILLÁN
Coordinador de la Campaña Colombiana contra las Minas

Cordial saludo.

Les hago llegar -en nombre de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y de su Estado Mayor Negociador- los mejores deseos de éxito en este Foro Internacional que los congrega detrás de objetivos tan nobles y humanitarios.

Dejo aquí constancia de la solidaridad de las AUC con las iniciativas que promueve la Campaña Colombiana contra Minas (CCCM), en el marco internacional del Llamamiento de Ginebra.

También quiero invitarles a que nos visiten, y abramos canales de cooperación vinculantes, en la Zona de Ubicación de Tierralta donde, a mediados de este mes, iniciaremos la etapa formal de negociaciones correspondiente al Proceso de Paz que venimos desarrollando el Gobierno nacional y las AUC con la participación de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la asistencia espiritual de la Iglesia Católica.

En las Autodefensas Unidas de Colombia estamos convencidos de que la Paz encarna la prioridad nacional número uno y que la Democracia y el Estado colombianos requieren ser re-legitimados y fortalecidos en su gobernabilidad. De allí se deriva el compromiso irrenunciable de las AUC por buscar una salida negociada de carácter político al conflicto armado que nos aqueja a los colombianos desde hace décadas.

Insistimos las AUC en que el compromiso de todos con la Paz no debe tener límites, ni de esfuerzos ni de recursos, porque un País sin paz, es como un cuerpo sin salud, como un alma sin espíritu. Sin Paz no hay sociedad que se sostenga ni economía que prospere, y sin sociedad y sin economía solo podemos padecer anarquía y miseria.

Hemos asistido primero, y participado después, durante largos años en una guerra entre hermanos, inevitablemente degradada por el paso del tiempo, contaminada por todo tipo de influencias e intereses mezquinos y criminales; guerra entre hermanos a la que corresponde decir basta, para que su espiral de envilecimiento no vuelva irrealizable cualquier proyecto todavía posible de alcanzar una Colombia digna y democrática, socialmente justa y económicamente próspera, donde quepamos todos sin exclusiones y sin revanchismos.

No constituye este Foro humanitario el ámbito donde hacer más amplia la brecha que nos separa de nuestros adversarios en la guerra estigmatizándolos aún más, ni donde poner énfasis en tal o cual actor del conflicto armado por ser el que más se destaca en tal o cual práctica perversa de la guerra. Todos los actores tenemos claro, a estas alturas, que la mejor guerra es la que no se hace y la peor guerra es la que se pierde. Es parte de la guerra que ningún guerrero quiera la derrota para sí, eso lo sabemos todos; lo que aún nos falta por entender a todos es que la guerra no es la solución de ningún mal sino la partera siniestra que solo alumbra desgracias y padecimientos.

Más que buscarle remedios a la guerra, en el vano intento de hacerla más perfecta, este es el tiempo de abrirle caminos a la paz, y de manifestar, con total claridad y convencimiento, que ni los colombianos ni el mundo toleraremos nunca más que la vida humana y su libertad puedan ser puestas en riesgo, o amenazadas, o constituir mercancía de canje, en aras de tal o cual intencionalidad política, supuesta o real.

El esfuerzo nacional –con el bienvenido apoyo internacional– deberá ser puesto menos en lo que ha dado en llamarse ‘la humanización de la guerra’ y más en la persuasión y en la disuasión que nos inhiba de iniciar más guerras, y que nos evite reciclar, y nunca acabar, las violencias que arrastramos desde hace tantos años.

Las Autodefensas Unidas de Colombia, en el marco del Proceso de Paz que estamos desarrollando, invitamos a perseverar, con determinación y paciencia, en el camino de la búsqueda de la paz, y reconocemos que mientras la guerra exista siempre será bueno ponerle límites humanitarios al fuego y a las hostilidades, pero sin detenernos allí, porque eso nunca alcanza, y porque tarde o temprano todas las guerras se degradan y todos los límites se transgreden.

Las Autodefensas Unidas de Colombia estamos prontas a participar de todas aquellas iniciativas de paz y de humanización del conflicto para las cuales, sin prejuicios ni sectarismos, se nos convoque a trabajar codo a codo, con la comunidad y sus organizaciones representativas, por el bien de Colombia y de su Pueblo, y que propendan a sanar y reconstituir cuanto antes las heridas que permanecen abiertas y sangrantes sobre el tejido social colombiano.

Lutos, mutilaciones y heridas que también las AUC llevamos tatuados en el cuerpo y en el alma como víctimas que también somos, como todos los colombianos, de este conflicto atroz e inhumano al cual debemos hacerle llegar, sin más demoras, la hora del principio del fin para que la Convergencia, la Reconciliación y la Cooperación entre colombianos, y entre colombianos y el mundo, inauguren finalmente una nueva Historia, ciertamente más feliz, para Colombia y la Humanidad.


Atentamente,



SALVATORE MANCUSO
Jefe del Estado Mayor Negociador AUC

Autodefensas Unidas de Colombia