El Tiempo, de Bogotá
Aparte de Chiquita Brands, también habrían pagado
Del Monte y Dole, dos de las empresas más reconocidas en el campo de los
alimentos, aseguró en el programa 60 minutos de esa cadena.
Agregó
que las empresas fruteras que operaban en esa región de la Costa Caribe,
incluidas las multinacionales estadounidenses, tenían que entregar un
porcentaje de sus exportaciones a la organización creada por los hermanos Fidel
y Carlos Castaño.
"Nos parecíamos a un Estado. Los proveíamos de protección, lo que les
permitió seguir haciendo inversiones y obtener beneficios financieros",
dijo Mancuso a los periodistas.
De acuerdo con su testimonio, no hubo necesidad de ejercer presiones, chantajes
o amenazas a las empresas bananeras para que desembolsaran esos porcentajes.
"La verdad es que nunca pensamos qué pasaría si no nos pagaban, porque
ellos (los representantes de las empresas) lo hicieron con agrado",
aseveró Mancuso.
Al preguntarle los reporteros de la CBS si los empresarios tenían la opción de
no pagar, Mancuso respondió que sí. "Ellos podían ir a la Policía o al
Ejército para buscar protección frente a la amenaza de los guerrilleros, pero
las Fuerzas Militares en aquel tiempo eran apenas capaces de protegerse a sí
mismas", contestó.
Habló también presidente de Chiquita
La entrevista a Mancuso fue incluida en el documental El precio de los bananos,
en el que también habla el presidente de Chiquita Brands, Fernando Aguirre,
quien justificó el pago a las autodefensas por la capacidad de intimidación de
estas.
Aguirre sostuvo que la empresa fue forzada a pagar 'vacuna' a los guerrilleros
cuando estos controlaron el territorio a finales de los años 80. Y a principios
de los 90, cuando los paramilitares tomaron el control, exigieron lo mismo.
"Para Chiquita solo había dos opciones -dijo Aguirre al equipo
periodístico de la cadena estadounidense-: pagar la protección a los
paramilitares de las AUC o correr el riesgo de ver a sus empleados muertos o
secuestrados".
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