lunes, 16 de agosto de 2021

Timochenko y Mancuso en la Comisión de la Verdad: el Estado es responsable

En una histórica audiencia, los máximos jefes de las FARC y las AUC contaron su versión sobre el conflicto. ¿Qué dijeron y cuáles son las verdades que faltan?

Por Mauricio Romero



Una sesión histórica

Fue sorprendente ver ante la Comisión de la Verdad al máximo jefe de la desmovilizada guerrilla de las FARC, Rodrigo Londoño o Timochenko, junto con uno de los dirigentes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), Salvatore Mancuso.

Durante la audiencia pública sostenida por videoconferencia, ambos tuvieron una actitud de autocrítica y arrepentimiento, respondieron a las preguntas de los comisionados y pidieron perdón frente a algunas víctimas del conflicto.

Para guiar las intervenciones de Londoño y Mancuso, se les preguntó por las razones de su vinculación a la guerra, los “terceros responsables” en los que se apoyaron esas organizaciones y los factores de persistencia del conflicto armado.

Si bien buena parte de lo que dijeron ya se conocía, escucharlos fue significativo, y permitió poner en perspectiva sus argumentos y contrastar varias de sus afirmaciones. De Londoño ya se habían escuchado varias intervenciones en el marco del Acuerdo de Paz, pero no así de Mancuso.

Además, la sesión pública mostró la ausencia de dos grandes actores, determinantes en la guerra: los representantes del Estado –políticos y militares– y el empresariado. Aunque el expresidente Juan Manuel Santos participó en una sesión similar semanas atrás y habló sobre los falsos positivos, su intervención no fue suficiente. Y al empresariado se le está acabando el tiempo para reconocer su responsabilidad en la persistencia del conflicto armado.


Las diferencias entre ambos líderes

Un primer elemento que debe resaltarse es que Londoño y Mancuso hablan desde diferentes lugares: el primero está en libertad y cumpliendo con lo pactado en el Acuerdo de Paz, mientras que el segundo está preso en los Estados Unidos.

En 2008, el entonces presidente Álvaro Uribe extraditó a Mancuso y a otros catorce jefes paramilitares acusados de narcotráfico. La parapolítica, que había servido para la elección y reelección de Uribe, se volvió una carga cada vez más pesada y el expresidente quiso desligarse de ella con ese gesto. En ese entonces, los jefes paramilitares recluidos en la cárcel de Itagüí exclamaban desconcertados: “pecamos por exceso de uribismo”.

Londoño ha cumplido su deber con las víctimas a cabalidad, a sabiendas de que lo que haga nunca será suficiente. Por su parte, Mancuso espera que la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) lo reconozca como tercero responsable del conflicto, aunque esta institución ya le había negado su ingreso en una solicitud anterior. Si la JEP accediera a esta petición, Mancuso no volvería a la cárcel en su eventual regreso a Colombia y, según él, podría participar en actividades de reparación a las víctimas.

Para sustentar la nueva solicitud a la JEP, Mancuso hizo énfasis en su carácter de civil vinculado a labores antiguerrilleras y resaltó que pasó de ser jefe de las autodefensas a ser informante y colaborador de las fuerzas militares. Además, insistió en que era líder de unas autodefensas y no de una organización paramilitar.

Según la controvertida argumentación de Mancuso, las autodefensas que él dirigió buscaron solucionar los problemas de las comunidades, dada la inoperancia de los políticos. En contraste, las organizaciones paramilitares operaban estrictamente en el campo de lo que ellos y las fuerzas militares consideraban la “seguridad”.


El Estado y su responsabilidad

Pero Londoño y Mancuso coincidieron en un punto: ambos señalaron la responsabilidad del Estado colombiano en la existencia de las guerrillas y los grupos paramilitares.

Esa responsabilidad, sin embargo, es diferente en cada caso. Para Londoño, la represión estatal de la protesta social y la estigmatización de los movimientos políticos alternativos es la clave del conflicto. Para Mancuso, el abandono del Estado en las zonas rurales, en especial en materia de seguridad, es lo más importante. Es decir, para el primero, el Estado es responsable por acción, mientras que para el segundo es responsable por inacción.

Si se corre la cortina de lo que hay detrás de la palabra “Estado”, se ven los cuerpos armados y de seguridad, el poder ejecutivo en los niveles nacional, regional y local, los espacios de representación política y el sistema de justicia.


Los paramilitares y el Estado

Los diferentes grupos de autodefensa —para usar la terminología de Mancuso— que las fuerzas militares ayudaron a crear en todo el país a comienzos de los 90 ganaron simpatizantes en las diferentes instituciones y espacios del Estado y los pusieron a su servicio. ¿Cómo lo hicieron? ¿El motor fue solo un puñado de ganaderos asediados por la guerrilla y descontentos con las fuerzas armadas?

Según Mancuso, la creación de la Unión Patriótica (UP) y sus éxitos electorales en contextos regionales con conflictos sociales y laborales creó miedo entre empresarios, ganaderos, agricultores, políticos y, sobre todo, en las fuerzas militares.

La fuente del temor era que “Colombia se convirtiera en otra Cuba” —el castrochavismo del momento— y que la UP y las FARC crearan un Estado dictatorial y expropiador. La comunidad internacional iba por otro camino: la Cortina de Hierro acababa de caer y el bloque socialista creado por la Unión Soviética después de la Segunda Guerra Mundial colapsaba.

En el plano nacional, la elección de alcaldes y gobernadores de movimientos y partidos diferentes a los tradicionales mostró el surgimiento de una ciudadanía crítica de la lucha armada. Aún así, las fuerzas militares y sus ideólogos continuaron en la disputa entre democracia y comunismo de los tiempos de la Guerra Fría y orquestaron el exterminio de la UP.

El fortalecimiento de las FARC por su vinculación al narcotráfico en los años 90 reafirmó el temor, y según Mancuso, aparecieron las “listas” con los nombres de políticos de oposición, funcionarios judiciales, activistas sindicales y sociales, maestros, o defensores de derechos humanos a los que había que asesinar.

Las listas eran elaboradas por los organismos de inteligencia del Ejército, la Policía, la Fiscalía y el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), o por los informantes de los paramilitares. Hay abundante evidencia judicial al respecto.

Esta fue la parte más sombría de la audiencia: los organismos de seguridad del Estado, confabulados con narcotraficantes y civiles que tomaron la ley en sus manos y decidieron asesinar a “los enemigos de la patria”. Jaime Garzón, Héctor Abad, Jesús María Valle y miles más, que impulsaron acciones de oposición política, defensa de derechos y otras reivindicaciones, fueron incluidos en esa categoría de “enemigo de Colombia”.

A partir de los inicios de los años 90, las Convivir fueron uno de los espacios de coordinación de esos asesinatos. “Eran un engranaje entre la legalidad y la ilegalidad. Allí llegaban las listas para que alguien operara”, en palabras de Mancuso. Según el exjefe paramilitar, ese espacio legal permitió que las AUC tuvieran una cobertura nacional.

Uno de los impulsores más entusiastas de esas cooperativas de seguridad fue el entonces gobernador de Antioquia, Álvaro Uribe (1995-97) y su secretario de gobierno, Pedro Juan Moreno, antiguo gerente de la Federación de Ganaderos de Antioquia. Toda esa información es pública y relativamente conocida, aunque a la fecha no ha habido ninguna autocrítica por parte de sus promotores.


Las masacres y la “defensa de la democracia”

Sobre las masacres de civiles, Mancuso afirmó que eran un mecanismo para cortar los lazos entre las milicias y las guerrillas, y de esta forma aislarla de la población y su apoyo.

Una explicación muy escueta y simple para las cerca de dos mil masacres que tuvieron lugar entre 1985 y 2012, y en las que fueron asesinadas casi doce mil personas, como lo documentó el Centro Nacional de Memoria Histórica. Incluso si todos hubieran sido colaboradores de la guerrilla –lo cual es poco probable–, ¿cómo fue que los militares llegaron a la conclusión de que fortalecerían la democracia y las instituciones asesinando civiles?

Esta es una de las respuestas que se espera que el informe de la Comisión de la Verdad incluya. En todo caso, ya hay algunos indicios: la disposición a usar la violencia contra opositores políticos o activistas sociales ha sido construida históricamente. Uno de los factores que influyen en esa construcción es la estigmatización de la oposición desde las entidades estatales y el discurso político.

En muchos casos, no fueron necesarias las órdenes directas. Ya se sabía qué se tenía que hacer en ciertas situaciones. Pero eso no significa que en algunos casos no hubiera órdenes directas. Un ejemplo es el asesinato de Jaime Garzón en 1999 y la responsabilidad de José Miguel Narváez, futuro subdirector del DAS durante la primera administración de Álvaro Uribe. Narváez aconsejaba a Carlos Castaño, jefe de las AUC, mientras dictaba conferencias sobre “por qué es lícito matar comunistas en Colombia” en los cursos de ascenso de los oficiales de las fuerzas militares.

Si algo quedó claro luego de escuchar a Londoño y Mancuso es que faltan voces por escuchar en el marco de la Comisión de la Verdad. Una de ellas es la del expresidente Álvaro Uribe. ¿Se atreverá el fundador y jefe del Centro Democrático, figura central de la política colombiana desde hace veinticinco años, a dar su testimonio sobre los hechos de la guerra en los cuales ha sido protagonista?

martes, 8 de septiembre de 2020

Salvatore Mancuso: Fui extraditado por relatar cercanía de expresidente y exvicepresidente de Colombia con las AUC

En una respuesta al exministro Álvaro Leyva, el excomandante paramilitar afirma que está dispuesto a seguir contando la verdad de lo ocurrido en el conflicto colombiano y que es falso que su situación sea una “estrategia” para no contar la verdad.

Diego Carranza Jiménez

Salvatore Mancuso Gómez, excomandante de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia, durante su extradición a Estados Unidos. (CRÉDITO OBLIGATORIO: InSight Crime)


BOGOTÁ, Colombia

Este lunes se conoció la respuesta del excomandante de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), Salvatore Mancuso, enviada desde la cárcel de Irwin, Atlanta, a una carta del exministro Álvaro Leyva del pasado 19 de agosto, en la que hace duras revelaciones sobre el conflicto armado colombiano, su extradición y su actual situación jurídica.

En dicho documento, el excomandante paramilitar afirmó que fue extraditado a los Estados Unidos “como venganza criminal” para callarlo, luego de relatar la cercanía que tuvo el actual embajador colombiano en EEUU, Francisco Santos, el expresidente y exsenador Álvaro Uribe Vélez y otros funcionarios de su Gobierno con las AUC.

“(…) Como venganza criminal y para callarme fui extraditado, debido a que relaté cómo colaboradores, funcionarios cercanos al gobierno del presidente ALVARO URIBE, como FRANCISCO SANTOS hoy embajador de Colombia en Estados Unidos, JOSÉ MIGUEL NARVÁEZ subdirector del DAS quien tuvo responsabilidad en la muerte de JAIME GARZÓN, de PEDRO JUAN MORENO amigo personal y Secretario de Gobierno de la Gobernación de Antioquia, fueron personas muy cercanas con las AUC, también narré lo referente a algunas situaciones que se presentaron con el mismo PRESIDENTE URIBE (sic.)”, dice un aparte del documento.

En otro fragmento de su respuesta, Mancuso también aseguró que es falso que sus estrategias jurídicas para evitar su deportación a Colombia sean una “justificación” para no contar la verdad sobre lo acontecido durante tantos años de conflicto interno.

“Se dice en Colombia que lo que está ocurriendo actualmente con mi situación jurídica, carcelaria, migratoria, es una estrategia o justificación para no contar la verdad, nada más alejado de la realidad, es absolutamente falso, lo único que busco son las garantías necesarias para proteger mi vida y la de mi familia”, asegura el exjefe paramilitar.

Asimismo, afirma que está dispuesto a volver al país a contar toda la verdad, sin permitir que esta sea “secuestrada o manipulada”.

“Doctor Leyva, es el momento de que todos los actores armados que hicimos y hacen parte del conflicto armado interno y el propio Estado, nos sentemos de forma sincera en un solo lugar y de cara al país, sin permitir que la verdad sea secuestrada o manipulada, sin importar a quien beneficia o perjudica, puesto que, la verdad es la verdad”, expresa.

En la carta de cuatro páginas, el excomandante de las AUC recalcó que desde su desmovilización en 2005 no ha “dejado de cumplir” sus compromisos: “mi único deseo es seguir haciéndolo hasta culminar los procesos transicionales”.

Por ello, reiteró que la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) “es el escenario jurídico ideal para alcanzar ese propósito, pero de cara al país”.

“Soy un testigo excepcional, único en la realidad histórica del conflicto, el haber participado directamente del conflicto armado interno me confiere la autoridad para hacer parte de este proceso de justicia transicional que busca avanzar en el cierre del conflicto armado, en el cual no solo participaron las guerrillas, sino también, otros actores armados como las AUC del cual hice parte y por mi condición indiscutida de tercero, financiador, colaborador, como un Agente del Estado de Facto que ostenté por muchísimos años”, aseveró.

Hay que recordar que el pasado 17 de enero, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) negó el sometimiento de Rodrigo Tovar Pupo, alias 'Jorge 40', ante esta justicia transicional surgida del proceso de paz entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y la extinta guerrilla de las Farc.

Sin embargo, la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas de la JEP aceptó estudiar su sometimiento en calidad de tercero. En este contexto, la JEP le indicó a 'Jorge 40' que presente pruebas que certifiquen que financió grupos de las autodefensas entre 1996 y 1998. Dicho delito sí puede ser juzgado por este organismo.

https://www.aa.com.tr/es/mundo/salvatore-mancuso-fui-extraditado-por-relatar-cercan%C3%ADa-de-expresidente-y-exvicepresidente-de-colombia-con-las-auc/1965582

jueves, 30 de julio de 2020

Timochenko y Mancuso: la llamada entre los exjefes de las Farc y AUC

El acercamiento entre Timochenko y Mancuso puso en debate temas como la reparación de víctimas y el esclarecimiento de la verdad en el conflicto



En la mañana de este jueves se produjo una comunicación telefónica entre Timochenko y Mancuso, los exjefes de las Farc-EP y las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), quienes charlaron sobre la JEP y la verdad en el conflicto armado gracias a un acercamiento que permitió el exministro Álvaro Leyva.

Según la comunicación emitida por el abogado y economista, quien además ha seguido muy de cerca los Acuerdos de Paz de La Habana, Londoño y Mancuso coinciden "en la importancia, significado y acatamiento" del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición (SIVJRNR).

"A pesar de haber sido cruentos enemigos en la guerra interna, el saludo de los dos excomandantes no solo fue cordial sino particularmente amistoso", aseguró Leyva, agregando que esta disposición permitió que la conversación fuera "fácil, fluida y altamente significativa para los temas tratados".


De igual manera, se informó que ambos condenaron "los intentos de satanización de la JEP" y estimaron necesario defenderla, aún cuando esta Jurisdicción rechazó el sometimiento de Salvatore Mancuso en junio pasado, cuando pretendía ser aceptado por esa justicia en calidad de tercero civil dentro del conflicto, puesto que los paramilitares no tiene cabida allí como excombatientes.

Esto reavivó la discusión sobre la necesidad que tendría para el esclarecimiento de la verdad, la inclusión de todos los implicados en el conflicto colombiano: víctimas, FARC, AUC, ELN e incluso militares.


"Coincidieron en que los derechos de las víctimas y, las víctimas mismas, son el factor central de la paz y del SIVJRNR; convinieron en que es necesario aportar la verdad para satisfacción y justicia de las víctimas y para que el país conozca cabalmente lo ocurrido durante décadas de violencia y conflicto interno, quiénes participaron directa o indirectamente y en qué condiciones", añadió Leyva en su comunicado.


Por último, se informó que Timochenko y Mancuso manifestaron su interés en continuar el diálogo iniciado durante esta mañana.