Señora
ELIZABETH REUSSE
DECREY
Presidenta del
Llamamiento de Ginebra
Señor
ÁLVARO JIMÉNEZ MILLÁN
Coordinador de la
Campaña Colombiana contra las Minas
Cordial saludo.
Les hago llegar -en
nombre de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y de su Estado Mayor
Negociador- los mejores deseos de éxito en este Foro Internacional que los
congrega detrás de objetivos tan nobles y humanitarios.
Dejo aquí constancia
de la solidaridad de las AUC con las iniciativas que promueve la Campaña
Colombiana contra Minas (CCCM), en el marco internacional del Llamamiento de
Ginebra.
También quiero invitarles
a que nos visiten, y abramos canales de cooperación vinculantes, en la Zona de
Ubicación de Tierralta donde, a mediados de este mes, iniciaremos la etapa
formal de negociaciones correspondiente al Proceso de Paz que venimos
desarrollando el Gobierno nacional y las AUC con la participación de la
Organización de Estados Americanos (OEA) y la asistencia espiritual de la
Iglesia Católica.
En las Autodefensas
Unidas de Colombia estamos convencidos de que la Paz encarna la prioridad
nacional número uno y que la Democracia y el Estado colombianos requieren ser
re-legitimados y fortalecidos en su gobernabilidad. De allí se deriva el
compromiso irrenunciable de las AUC por buscar una salida negociada de carácter
político al conflicto armado que nos aqueja a los colombianos desde hace
décadas.
Insistimos las AUC en
que el compromiso de todos con la Paz no debe tener límites, ni de esfuerzos ni
de recursos, porque un País sin paz, es como un cuerpo sin salud, como un alma
sin espíritu. Sin Paz no hay sociedad que se sostenga ni economía que prospere,
y sin sociedad y sin economía solo podemos padecer anarquía y miseria.
Hemos asistido
primero, y participado después, durante largos años en una guerra entre
hermanos, inevitablemente degradada por el paso del tiempo, contaminada por
todo tipo de influencias e intereses mezquinos y criminales; guerra entre
hermanos a la que corresponde decir basta, para que su espiral de
envilecimiento no vuelva irrealizable cualquier proyecto todavía posible de
alcanzar una Colombia digna y democrática, socialmente justa y económicamente
próspera, donde quepamos todos sin exclusiones y sin revanchismos.
No constituye este
Foro humanitario el ámbito donde hacer más amplia la brecha que nos separa de
nuestros adversarios en la guerra estigmatizándolos aún más, ni donde poner
énfasis en tal o cual actor del conflicto armado por ser el que más se destaca
en tal o cual práctica perversa de la guerra. Todos los actores tenemos claro,
a estas alturas, que la mejor guerra es la que no se hace y la peor guerra es
la que se pierde. Es parte de la guerra que ningún guerrero quiera la derrota
para sí, eso lo sabemos todos; lo que aún nos falta por entender a todos es que
la guerra no es la solución de ningún mal sino la partera siniestra que solo
alumbra desgracias y padecimientos.
Más que buscarle
remedios a la guerra, en el vano intento de hacerla más perfecta, este es el
tiempo de abrirle caminos a la paz, y de manifestar, con total claridad y
convencimiento, que ni los colombianos ni el mundo toleraremos nunca más que la
vida humana y su libertad puedan ser puestas en riesgo, o amenazadas, o
constituir mercancía de canje, en aras de tal o cual intencionalidad política,
supuesta o real.
El esfuerzo nacional
–con el bienvenido apoyo internacional– deberá ser puesto menos en lo que ha
dado en llamarse ‘la humanización de la guerra’ y más en la persuasión y en la
disuasión que nos inhiba de iniciar más guerras, y que nos evite reciclar, y
nunca acabar, las violencias que arrastramos desde hace tantos años.
Las Autodefensas
Unidas de Colombia, en el marco del Proceso de Paz que estamos desarrollando,
invitamos a perseverar, con determinación y paciencia, en el camino de la
búsqueda de la paz, y reconocemos que mientras la guerra exista siempre será bueno
ponerle límites humanitarios al fuego y a las hostilidades, pero sin detenernos
allí, porque eso nunca alcanza, y porque tarde o temprano todas las guerras se
degradan y todos los límites se transgreden.
Las Autodefensas
Unidas de Colombia estamos prontas a participar de todas aquellas iniciativas
de paz y de humanización del conflicto para las cuales, sin prejuicios ni
sectarismos, se nos convoque a trabajar codo a codo, con la comunidad y sus
organizaciones representativas, por el bien de Colombia y de su Pueblo, y que
propendan a sanar y reconstituir cuanto antes las heridas que permanecen
abiertas y sangrantes sobre el tejido social colombiano.
Lutos, mutilaciones y
heridas que también las AUC llevamos tatuados en el cuerpo y en el alma como
víctimas que también somos, como todos los colombianos, de este conflicto atroz
e inhumano al cual debemos hacerle llegar, sin más demoras, la hora del
principio del fin para que la Convergencia, la Reconciliación y la Cooperación
entre colombianos, y entre colombianos y el mundo, inauguren finalmente una
nueva Historia, ciertamente más feliz, para Colombia y la Humanidad.
Atentamente,
SALVATORE
MANCUSO
Jefe del Estado Mayor
Negociador AUC
Autodefensas Unidas
de Colombia