viernes, 12 de diciembre de 2003

La hora de despejar dudas y consolidar el Proceso de Paz



Hemos percibido dudas, no solo entre los habitantes de las regiones con presencia de Autodefensas, sino en la opinión pública nacional e internacional, respecto al Proceso de Paz que adelantamos. Llama la atención la incertidumbre de mucha gente en cuanto a que termine el gobierno actual y las Autodefensas queden "semidesmontadas y semimontadas", para recoger la expresión de un dirigente regional del Urabá. Y es cierto que causa preocupación, sería algo así como si el Estado está y no está y quién sabe qué gobierno vendrá. Peor situación que la de hoy se avizora, entonces, si introducimos la incertidumbre de tal eventualidad.

Desde el punto de vista político se puede afirmar que el actual gobierno no dejará caer en el vacío el Proceso de Paz con las Autodefensas. Se percibe que esa es una decisión tomada y va a ser muy difícil que la echen para atrás.


Los colombianos prefieren que sean el Estado y sus instituciones quienes los protejan. La voluntad política que permitiría la recuperación de la institucionalidad es evidente. Hay comprensión de la sociedad colombiana. Ya el proceso de desmovilización ha encontrado un acompañamiento internacional de la OEA, representada en el doctor Sergio Caramagna. El Fiscal general Luis Camilo Osorio ha sido claro en decir que a las Autodefensas hay que darles el mismo tratamiento que a la guerrilla; igual lo dijo antes el mismo señor Presidente de la República.


Prestigiosos columnistas como Roberto Posada -D'Artagnan- afirman que el perdón es un sapo que hay que tragárselo en este proceso. Sabemos además que, tragarse sapos, resulta inevitable en cuestiones políticas. Y aunque suene desagradable, siempre ha sido así. Ya un día escuchamos idéntica expresión del honorable doctor Vladimiro Naranjo respecto al perdón a las Farc -en el fracasado proceso de negociación del Caguán- cuando presidió la Comisión de Notables que intentó rescatar ese proceso de su naufragio durante el gobierno del doctor Pastrana Arango.

El doctor Rafael Pardo escribe en El Tiempo del día lunes 8, que las Autodefensas tienen fundamento e intencionalidad política y da sus razones que lo mueven a pedir el retiro del proyecto de ley de Alternatividad. Asimismo propone previamente "un más amplio consenso y una alta legitimidad de una política y unos instrumentos que hoy no la tienen". Agrega, finalmente, el doctor Rafael Pardo, que "el Gobierno podría establecer un proceso de concertación política y social de la política de paz y en marzo próximo, como consecuencia de la concertación, podría presentarse un nuevo proyecto que sí recoja una amplia legitimidad".

El embajador de los EE.UU., doctor William Wood, dijo en una entrevista con Yamid Amat que el gobierno colombiano es autónomo y que aun en el caso de la extradición de miembros de las Autodefensas el asunto es materia que decide unilateralmente el gobierno colombiano.

Y, aunque no es fácil de creer que esta última declaración del señor Embajador de los Estados Unidos sea así tan llana y desprovista de peros, cuando ya antes los EE.UU. habían dicho que el no cumplimiento de Colombia con los acuerdos binacionales de justicia, podría "decepcionar" al gobierno Norteamericano, sí podríamos pensar que si mostramos con hechos irrefutables una sincera convicción de desmontar las Autodefensas y lo vamos haciendo con pasos precisos e indubitables, no solamente entregando aquí y allá algunos hombres y algunas armas, sino acabando toda la infraestructura y desenredando todos los ovillos, tal vez las palabras del señor embajador de los EE.UU. sean aceptadas por su gobierno y por la sociedad internacional, sin someter a Colombia a sanciones de ninguna índole.

Queremos creer entonces, que se ha abierto la posibilidad de un gran acuerdo político que le dé a los actores del conflicto colombiano, la misma connotación frente a las posibilidades de la Ley y la Constitución. Ese acuerdo tiene que ser para darles a guerrilla y autodefensas, y a cada uno de sus integrantes, una connotación política. Y si a eso se llega, será dentro del marco general de la Constitución que formalizaremos los acuerdos al finalizar el proceso. Será indispensable sí, trabajar con mucha seriedad, altruismo y toda la sinceridad necesaria para no dañar el rumbo realista y sensato que ha tomado la negociación.

El proceso con las AUC debe entrar en una nueva dinámica, formalizando acuerdos políticos dentro de la negociación, concertando el objetivo hacia donde debe avanzar, y estableciendo el alcance real que el Estado quiere darle al proceso. Y como respuesta de nuestra parte, dar pasos consistentes y concertados en el desmonte. Si no es así las cosas se pueden complicar, para el País ante todo.

Ya para terminar, queremos invitar al señor Gustavo Petro a que nos visite en compañía de los suyos, y así hablamos sinceramente y sin prejuicios de Verdad, Justicia y Reparación. Y de paso debatimos sus disparates sobre los inimaginables "seis mil millones de dólares y cinco millones de hectáreas en poder de las Autodefensas" que denuncia él.

Carlos Castaño

Salvatore Mancuso

Voceros Proceso AUC